Luciano Alvarez, porteño de los de antes,
nacido y criado entre los barrios de Caballito y Floresta fue el precursor en la hoy tan poblada Av Pedro Goyena. El primero en abrir un bar cervecero en la zona, el mítico y amado 123. Muchas historias y mitos se construyeron en base al éxito de ese bar mínimo allá por el 2013, cuando nadie apostaba por los productores artesanales de birra.
Dueño de un paladar entrenado y experimentado en la materia luego de recorrer el mundo y sus fábricas de cerveza, nace este emprendimiento hoy multiplicado en cuatro bares, dos en Caballito a cuatro cuadras de distancia uno de otro, uno en Palermo y otro en Belgrano. Podemos decir que la marca personal del lugar tiene que ver con la combinación perfecta de comida casera como en los bodegones mas lindos de Bs As y la exclusividad de cervezas. Todas las semanas rotan exclusivamente en sus 20 canillas las cervezas más premiadas y elogiadas del mundo cervecero nacional, entre ellas: ITZEL, SANTINA, RUTA 40, SIR HOPPER. Con la decisión firme de desembarcar en el interior del país, podemos afirmar que Alvarez tal como define su hashtag es mucho mas que una cervecería, apostando a la tradición de juntarse a comer y beber, con la premisa de que ese acto unifica e iguala personas, clases sociales, circunstancias y contextos diversos como nada, es que se convierte cada día en casi un Club Social.
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