La oración debe ser la parte más maravillosa de la vida cristiana.
Representa la oportunidad para compartir con Dios sus problemas, sus victorias y sus necesidades.
A través de la oración usted puede conocer a Dios en una forma amena y personal.
Dios desea la comunicación con sus hijos (Proverbios 15:8). El cristiano que dedica tiempo a la oración es aquel que complace a Dios.
La oración es el hecho de hablar con Dios.
No es necesario una gran educación para orar.
La oración no consiste en palabras grandes y elocuentes, sino de la sincera comunicación con Dios de nuestros pensamientos y sentimientos.
La oración es el clamor del corazón del hombre al Señor.
Es como un muchacho que llama a su padre, o como un siervo haciéndole una petición a su amo.
Jeremías 33:3 declara: "Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces".